Ahora, 6 años más tarde, Revoltosa Prado abre sus puertas con esa misma filosofía. Recuperando, por un lado, el espíritu de la taberna tradicional madrileña en las primeras horas del día: café con churros, platos informales y castizos para compartir, menú del día, cañas bien tiradas y vinos… para ir contagiándose del ambiente relajado, hedonista y sofisticado de una coctelería a medida que cae la noche, se bajan las luces y se sube (moderadamente) el volumen de la música.

Todo esto en un espectacular y acogedor local de 200 m2, en el que en su día estuvo el célebre y recordado Salón del Prado, un café-concierto que fue lugar de peregrinación de la bohemia en los años 80.

De aquel establecimiento, inaugurado en 1984, se han mantenido algunos elementos de la decoración, como el maravilloso suelo, los frescos y las hornacinas, así como un pequeño escenario que nos dará muchas sorpresas y grandes momentos.

Y la siempre animada y encantadora Plaza de Santa Ana a solo dos pasos. Una zona que está viviendo una profunda renovación de su escena hostelera, con la aparición de novedosos e innovadores proyectos de restauración y coctelería, que al igual que Revoltosa Prado, no solo buscan captar al visitante ocasional en una zona de gran afluencia turística, sino también redescubrir esa atractiva zona de Madrid al público local y cautivarle con un servicio y una oferta de calidad.

El equipo de cocina está comandado por el chef Gabriel Cavestany, Supervisor Gastronómico en Grupo Moby Dick, y que cuenta con una acreditada experiencia en reconocidos establecimientos como el Hotel Urban, donde fue Jefe de Cocina, el Hotel Santo Mauro, o el restaurante Juan Bravo 25.

La carta que propone es 100% casera, con constantes guiños a la tradición gastronómica madrileña: bocata de calamares con alioli de lima, boquerones en vinagre, callos a la madrileña, mollejas de ternera o pepitos de ternera. No faltan tampoco otros platos que ya han triunfado en Revoltosa Plaza del Rey, y que tienen también una indudable impronta cañí: patatas bravas, huevos rotos con jamón, croquetas o ensaladilla rusa. Todo muy de aquí.

Y por supuesto, al Sur de la Gran Vía se podrá disfrutar también del ya célebre orinal de pollo frito, uno de los platos más demandados en la primera, así como de las hamburguesas Chulapa y Valiente que han cautivado a miles de personas en la Plaza del Rey, con algún que otro premio incluido.

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Mención especial merece la instalación cervecera que hemos llevado a cabo aprovechando la reforma: 4 tanques de cobre de 500 litros cada uno, situados en el techo y visibles al público. Este sistema de microfiltrado, permite ofrecer una cerveza más fresca y pura que con el tradicional sistema de barriles, pues no hay pasteurización ni alteraciones térmicas. Sin duda, el placer de disfrutar de una caña bien tirada será marca de la casa. Y haciendo gala de casticismo, cerveza de grifo Mahou (y Cafés Pozo).

Pero terminamos de cenar y nos apetece un cóctel. O a veces dos. Aquí aparece en escena nuestro equipo de coctelería, con Francesco Mazzoca y Lucas Sánchez a la cabeza, sirviendo una carta diseñada por el barman Fernando Fuentes, en la que a los grandes clásicos que no pueden faltar en cualquier cocktail bar que se precie, se suman creaciones propias con nombres que rinden tributo a nuestra ciudad como Lady Madrid, Violetera, M-30 o De Madrid al Cielo.

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Y es que en Revoltosa Prado prestaremos especial atención a la barra, tanto a esas copas de sobremesa como a esas otras primeras copas de la noche que tienen el poder de cambiar el rumbo de una velada para convertirla en inolvidable. Y como todos los factores importan, contaremos siempre con la ambientación y la música adecuada. De hecho, el jazz en directo será recurrente en las noches del fin de semana.

Porque gatos y no gatos, de hábitos diurnos o nocturnos, todo el mundo encontrará su hueco en Revoltosa Prado…


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